Ya estamos en mitad de Enero Es el momento de planificar lo que vamos a construir o… dejarnos llevar por la vida.
Yo lo tengo clarísimo, si es cuestión de planificar… ¿Por qué no hacerlo en grande?
Pero no me refiero a esas grandes metas que suenan bien al decirlas, pero que se quedan en eso: palabras bonitas.
Me refiero a planificar algo que realmente te importe, algo que te entusiasme tanto que no puedas esperar a empezar a construirlo.
Construir con intención, con propósito y, sobre todo, con ganas de disfrutar cada paso.
Menos ruido, más intención.
Menos forzar, más fluir.
Más de lo que disfrutas, menos de lo que no.
A ver, Carmina, ¿qué me estás contando?
Espera, seré más concreta:
En lugar de pensar en todo lo que quieres construir tipo:
- Crear mi web.
- Comunicarme más en redes.
- Diseñar por fin esa formación o libro que llevo años posponiendo.
¿Qué tal si primero te preguntas algo más importante?
¿Para qué quieres hacer todo eso?
Por ejemplo:
Quiero escribir mi libro para que mi historia inspire a otros a encontrar su camino.
Quiero diseñar mi web para que sea el espacio donde mi negocio cobre vida, con todo lo que soy.
Quiero comunicarme más en redes porque disfruto compartiendo mi visión, no porque «toca hacerlo».
✨ Ese “para qué” es el propósito detrás de todo. Y cuando lo tienes claro, el resto fluye de forma más natural, tiene sentido.
En 2025 quiero que todo lo que construya tenga un “para qué” que me haga vibrar. Quiero que sea intencionado, alineado conmigo, y que me permita disfrutar del proceso.
Que cada meta tenga un propósito que te haga levantarte con ganas, que cada paso te acerque no solo a tus objetivos, sino a una versión más libre y disfrutona de ti.
Así lo que construyas este año no será solo un proyecto, una web o un libro. Sino que forme parte del estilo de vida y trabajo que quieres.
Y si al pensar en ese “para qué” necesitas claridad, enfoque o un poco de ayuda para alinearte con lo que de verdad quieres…
