Mi amigo Javi López compartía el otro día este gráfico en X.
Conclusiones:
⤵️ Cada vez es más fácil construir un producto.
⤴️ Cada vez es más difícil alcanzar a la gente que lo va a usar/consumir.
Esto hace tiempo que sucede. Antes solo podías crear una página web si sabías programar. Luego llegaron los programas WYSIWYG, luego WordPress, luego herramientas no-code… y ahora la IA.
Y no solo hablo de producto de software. Cualquiera puede crear un curso, un podcast o una newsletter en una mañana. Es todo muy fácil. Construir, de repente, se ha vuelto extremadamente fácil.
Pero a medida que se ha bajado la barrera de entrada a la creación de producto y contenido online, más y más actores se han unido a la fiesta y están peleando por el pastel de tu atención.
Un pastel que ya no puede crecer más: virtualmente todo el mundo ya tiene acceso a internet y dispone de las mismas horas al día para consumirlo. La dificultad, por tanto, ya no está en crear un producto bueno de la leche, sino en ser capaz de hacerlo llegar a la gente adecuada. Puedes currarte el mejor curso sobre lo que dominas que sin capacidad de alcance no te comerás un colín.
De hecho, la gente ya no busca el mejor producto o el mejor curso. Busca confianza. Quieren tu curso porque confían en ti. Quieren entrar en tu comunidad porque confían en que estarás ahí, trabajando para crear el entorno adecuado. Quieren tu producto porque confían en que le darás continuidad y un soporte excelente.
A día de hoy, quien puede enviar su mensaje en un canal orgánico y alcanzar a cientos y miles de personas generando, además, confianza… tiene un tesoro. Puede crear —y vender—cualquier cosa. Y eso se paga, evidentemente. Marketing de influencers, patrocinios de canales de contenido…
Por eso, si quieres emprender vendiendo algo más que servicios (que está muy bien, ¿eh?), el foco ahora debería estar en construir audiencia, no producto.
Es una verdad incómoda, lo sé. Yo mismo he dado la espalda a esa idea en demasiadas ocasiones porque suponía una exposición con la que no estaba del todo cómodo. Prefiero encerrarme en mi cueva y mejorar SinOficina añadiéndole nuevas funcionalidades, en lugar de dedicar más tiempo en ampliar mi alcance. Pero la realidad es la que es. Sin alcance no hay leads. Sin leads no hay venta.
Por muy bueno que sea el producto.
Y digo esto porque veo demasiada gente queriendo crear producto demasiado pronto, cuando todavía no tienen una Audiencia Mínima Viable, con la esperanza de que si crean algo suficientemente bueno se venderá solo más adelante. La pregunta, a la hora de emprender, ya no debería ser solo «¿qué problema va a resolver tu producto?», sino «¿cómo vas a llegar a tu público?». La realidad: ¿cuántos suscriptores tienes? Piensa que te comprarán entre un 2 y un 3%. Un 5% máximo. ¿Por cuánto venderás el curso? ¿Cuántas horas le echarás? Calcula el beneficio por hora. Una mi*rda, ¿verdad?
Te propongo dos alternativas:
➡️ Opción 1: Céntrate primero en hacer crecer tu audiencia para ampliar tu alcance. Elige un canal orgánico con el que te sientas cómodo/a (para mí es esta newsletter). Aporta valor con frecuencia. Diferénciate. No crees contenido que pueda haber sido creado por la IA. Busca crecer en número pero tratando, a la vez, de establecer una relación de confianza mutua. Al fin y al cabo, la fórmula que hemos empleado arriba para calcular el beneficio esperado tiene en cuenta ambos factores: alcance (audiencia) × conversión (confianza).
➡️ Opción 2: Keep freelancing. Sigue ofreciendo servicios. Es mucho más fácil vender un servicio de 1,000€ que vender un producto de 10€ a 100 personas. Y hay mucho recorrido en el freelancing hasta llegar a su techo: aumentar precios, optimizar procesos, diversificar con servicios paquetizados, delegar en red de colaboradores….
Igualmente también puedes elegir trabajar un canal para ganar autoridad y conseguir mejores clientes. Y si consigues llegar a tener una Audiencia Mínima Viable entonces te podrás plantear diversificar ofreciendo algún producto a esa audiencia.
Espero que esto ahorre tiempo y energía a más de uno/a.
Con cariño,
