Estarás de acuerdo conmigo en que escribir siempre ha sido un juego.
- Ordenas las palabras de la forma adecuada
- Evitas caer en la casilla maldita del aburrimiento
- Pasas por alto la trampa de los errores ortográficos
- Buscas el término con el significado preciso de lo que quieres expresar
- Y con suerte consigues puntos extra por alejarte del texto y ver que las frases y los párrafos fluyen.
Casi como formando una cascada.
Durante décadas, la pantalla final de este videojuego consistía en un libro de tapa dura con tu nombre escrito en letras elegantes.
Hoy el juego ha cambiado. Se ha abierto y ya no es tan lineal. Hay muchas más opciones además de ese libro de tapa dura (lo cual es una noticia estupenda), pero implica que escojas tu propia aventura en el juego de escribir.
Ah, y algo importante: que des con tus incentivos adecuados. No los de otro. Los tuyos.
Hoy te cuento algo que desbloqueó para mí un camino inexplorado en esta aventura; descubriéndome nuevos incentivos cuando solo me centraba en escribir supuestamente bien.
El día que descubrí que estaba a mi alcance que me leyeran millones de personas
Lo bueno de que el juego de escribir online haya cambiado para siempre es que, como te decía, las oportunidades se han multiplicado.
✱ OjO, también la competencia, y ahí es donde toca dar el callo, diferenciarse y escribir con sentido; de lo que también hablamos mucho dentro del Club.
No te descubro nada si te digo que hay gente con blogs o newsletters con millones de lectores. Autores que han triunfado tras publicar en Amazon. Referentes con cientos de miles de seguidores en redes sociales donde publican sus textos…
Y tampoco te descubro nada si te digo que esos casos de éxito tan llamativos solo son la minoría.
Sin embargo, solemos pecar de quedarnos con los extremos. El que no lee nadie y el que triunfa sobremanera.
Y eso hace que nos perdamos un enorme mar de posibilidades que hay en el medio.
Mi propio caso, que me gano la vida muy bien escribiendo y trabajando desde casa, es uno de esos puntos intermedios. Y todo con poco más de 3.000 suscriptores en mi lista de correo. Aunque lo mío me ha costado (en horas, constancia y apuestas que no parecían tener del todo sentido). No te voy a mentir.
Hace como unos 12 años (oh, me acaba de salir una cana nueva) Guillermo y yo pusimos en marcha un proyecto algo loco. Era un blog sobre NBA.
Yo me centraba en escribir con palabras engalanadas sobre baloncesto. Entonces me gustaba (escribir como si me patrocinara Ferrero Rocher, el basket me sigue gustando). Supongo que me hacía sentir mejor escritor y periodista.
Mientras, Guillermo se centraba es escribir cosas que yo no entendía muy bien. Pero sabes qué, era lo que más se leía.
De pronto, nuestro portal de NBA tenía cientos de miles de visitas al mes.
El señor Google había entrado en escena.
Con el tiempo, reconducimos aquella ola para hacer una combinación que me parecía perfecta:
- Artículos profundos y detallados pero que posicionaban porque tenían una capa SEO
- Contenidos que atacaban directamente a Google pero que se acomodaban con nuestra línea editorial
El mundo era maravilloso. Los textos recibían miles de visitas si entraban bien en las búsquedas.
Y de pronto, el juego de escribir abrió una nueva pantalla: la de escribir bien y además posicionar para conseguir visitas y lectores.
Aquel aprendizaje me hizo desbloquear un camino hasta entonces inexplorado. El del SEO.
Es un camino que ahora tengo un poco abandonado, igual que el balón de basket, pero que me ha dado mucho para estar donde estoy hoy y, sobre todo, escribir pensando en los demás(
No escribas mirándote al espejo
Te decía que aprendí a escribir pensando más en los demás, y esa es la tercera razón de la terna que te estoy compartiendo estos días sobre…
¿Por qué hay gente que prospera escribiendo y otros que no?
Razón 3: Las personas que prosperan escribiendo no lo hacen mirándose al espejo, sino centrándose en los demás.
A menudo (y a mí me pasaba) nos centramos en demasiado en gustarnos escribiendo. En sentirnos literatos o creer que aspiramos al Nobel y (oh, lo siento) lo más probable es que no tengamos el nivel para ello.
Algo que he aprendido y he observado es que los autores que prosperan escribiendo lo hacen pensando en quién les va a leer.
- Autores de bestsellers que publican thrillers con un lenguaje cercano, porque quieren conectar con la mayoría del público, no con los que usan monóculo
- Autores de newsletters que escriben con frases concisas y sin disfrazar las palabras, porque saben que los van a leer en un e-mail
- Autores y emprendedores que publican en redes cumpliendo con los códigos propios de la plataforma que utilizan, porque saben que su texto va a aparecer en un bosque de contenido y tiene que destacar
Para mí, quien no cumple esto escribe de forma similar a los gymbros que levantan mancuernas mirándose al espejo de su gimnasio, ocupando el espacio tres horas y poniendo morritos, mientras detrás tienen a un tío o una tía que en mucho menos tiempo, y con mucha menos parafernalia, levanta mucho más peso que ellos.
Adaptar nuestra escritura al lector supone decir a nuestro pequeño-gran ego que se espere un poco, porque si escribimos pensando en los demás, normalmente los que más ganamos somos nosotros.
En las próximas ediciones te seguiré contando las conclusiones a las que he llegado sobre por qué hay personas que prosperan al teclado y otras que no.
De momento:
- Razón 1: las personas que prosperan al teclado no solo se dedican a escribir.
- Razón 2: las personas que prosperan al teclado tienen una visión amplia de la escritura como llave de oportunidades y formarse para ello.
- Razón 3: no escriben mirándose al espejo
- Razón 4: en la próxima edición…
Nos escribimos