Déjate de listas. Empieza por tu Porqué.
¿Cuántos años empiezas haciendo listas?
Este año voy a ahorrar.
Este año empiezo mi negocio.
Este año voy a cuidar más de mí.
Las listas no están mal, pero hay algo que suele faltarles: un propósito claro. El porqué.
¿Por qué quieres ahorrar?
¿Por qué quieres cuidar de ti?
¿Por qué quieres montar tu negocio?
El porqué es lo que da sentido a esas metas, lo que te hace seguir adelante cuando las cosas se ponen difíciles (porque, créeme, siempre habrá momentos difíciles). El dinero, el tiempo libre, la libertad… son respuestas válidas, pero no son el fondo de la cuestión.
¿Para qué quieres tiempo libre?
¿Para qué necesitas esa libertad?
Ese porqué profundo es lo que realmente importa. Es lo que te mantiene en pie cuando tienes un mal día, cuando parece que no hay avances, cuando todo cuesta más de lo esperado.
Y sí, tu porqué puede cambiar con el tiempo. Pero lo importante es tener uno que te haga levantarte cada día con ganas de intentarlo de nuevo.
Tal vez tu porqué sea simple: que tu familia viva tranquila. Tal vez sea grande: viajar por el mundo, comprarte una casa en la playa o ayudar a otros a cambiar sus vidas.
Sea lo que sea, tiene que ser tuyo. Tiene que resonar contigo. Y, sobre todo, tiene que recordarte por qué empezaste cuando la motivación falte.
Entonces, este año, no escribas una lista más.
Escribe una pregunta:
¿Cuál es mi Porqué?
Ese porqué será lo que haga que, pase lo que pase, sigas adelante.