Cómo logró Brian Dean 90.000 suscriptores.

Hoy te traigo una historia que si no la cuentas tú después, la contaré yo en la sobremesa del domingo.

Es la historia de alguien que decidió ignorar todas esas voces que repiten: “sin ads, no llegas a ninguna parte”.

Y terminó construyendo una newsletter con 90.000 suscriptores y un 50% de apertura semanal.

Llenar un estadio y que la mitad de la gente lea tu mensaje religiosamente cada semana.

Ah, y sin gastar un solo euro en publicidad.

¿Cómo lo hizo?

Espérate, que esto no va solo de números.

Es un caso que puede cambiar la forma en que miras tu marketing.

¿Quién dijo que necesitas ads?
Este tipo no empezó ayer.

Ya tenía experiencia de sobra.

Con su anterior proyecto, Backlinko, llevó su newsletter hasta los 200.000 suscriptores.

Y, de nuevo, sin meter ni un céntimo en publicidad.

Pero lo que hizo diferente esta vez fue dejar de pensar en «cuántas personas puedo meter en mi lista» y centrarse en algo más importante

¿Cómo puedo convertir esa lista en mi activo más valioso?

¿La clave? La consistencia y el valor.

Cada semana, sus suscriptores reciben un correo que :

Les recuerda que existe. Pero no de esa manera pesada, sino con información útil que ellos quieren leer.

Les da valor. No se trata de venderles constantemente. De hecho, apenas incluye un pitch discreto en cada correo. El objetivo es simple: ser la primera opción que venga a la mente de su audiencia cuando necesiten algo de su nicho.

Los convierte en clientes naturales. ¿Por qué buscar en Google cuando ya conoces y confías en quien te envía esas tendencias tan útiles cada semana?

Aprendizajes
Entiende el poder de las newsletters. Lo que otras marcas ven como un canal más, él lo trató como el corazón de su estrategia de marketing. Morning Brew y The Hustle, otras newsletters, se vendieron por millones de dólares gracias a su audiencia de email.

Convirtió su newsletter en una máquina de confianza. Si cada semana aportas valor sin pedir nada a cambio, tu lista se convierte en tu activo más fuerte. Así, cuando llegas con un lanzamiento, no tienes que convencerlos de nada. Ya confían en ti.

Consistencia a prueba de bombas. Cada martes, su newsletter está ahí. No importa si es Navidad, su cumpleaños o si el Wi-Fi del mundo colapsa. Sus lectores saben que pueden contar con él. Y esa confianza, amigo mío, no tiene precio.

Fastlaunch

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